Chorrillos de Noche

Chorrillos de Noche
Chorrillos para Todos

sábado, 20 de diciembre de 2008

Chorrillos Ciudad Patriótica


Cuando rememoramos los primigenios orígenes de Chorrillos vemos que fue una apacible villa de pescadores y agricultores indígenas, que en el pasado integró una de las divisiones de la Cultura Lima (100–600 d.C.), donde se afincó la capital del curacazgo. Se le bautizó con este nombre, muy probablemente, en alusión a los continuos chorrillos de agua dulce que desde los canales de regadíos se filtraban sobre los acantilados hacia la playa de Agua Dulce, volviéndolos de color verdosos debido a los musgos y helechos que generosamente crecían en la zona, aunque, en el acta de fundación figuraba con el nombre de “San Pedro de los Chorrillos” (1688), en honor al Patrono de los Pescadores (San Pedro).
Este distrito representa para el Regatas “Lima” una mezcla de nobles sentimientos y de nostálgicos recuerdos, que se inician con la fundación de nuestro Club en 1875, y que a lo largo de sus 130 años de vida institucional se han ido fortificando, como resultado de innumerables vivencias comunes, las que por cierto incluyen alegrías y tristezas, como las estrechas relaciones con la comunidad chorrillana. Un claro ejemplo son los 29 de junio, “día de Chorrillos”, fecha en la cual el Coro Polifónico del Club le rinde un hermoso homenaje al apóstol San Pedro, patrón de los pescadores, en el muelle principal de nuestra sede. Asimismo, junto a los pescadores acompañamos su procesión por tierra y mar, no sin antes homenajear al mártir José Silverio Olaya Balandra, humilde pescador chorrillano, fusilado por los españoles el 29 de junio de 1823 por defender la causa patriótica. Lo hacemos con una simbólica ofrenda floral colocada al pie de su monumento, antes del inicio del desfile cívico– militar en el malecón del distrito.

Para referirnos a los hitos que marcaron su desarrollo, y sin tener que irnos tan remotamente, situémonos a partir de 1824, cuando Simón Bolívar dispuso cerrar Ancón, y convertir Chorrillos en Puerto Mayor, en momentos que los españoles aún ofrecían resistencia a nuestra Independencia en la asediada fortaleza del Real Felipe, impidiendo el ingreso de navíos al puerto del Callao. Esta importante habilitación como puerto alterno traería a Chorrillos invalorables beneficios junto con los ingresos del guano, y su consiguiente crecimiento y prosperidad. No olvidemos que en 1840 el presidente Agustín Gamarra y su gabinete efectuaron un paseo por Chorrillos a bordo del primer barco a vapor que llegó al Callao, demostrando el interés del gobierno por el desarrollo del distrito.
Fue así como a partir de la década del 50 Chorrillos ingresa a una etapa de significativo progreso, se multiplican las construcciones de las villas y mansiones, al igual que las casas de juego y hoteles al estilo europeo. Se inicia también la construcción de su fastuoso malecón, lleno de farolas a gas, pérgolas y bancas de fierro forjado traído de Bruselas, lo que se complementó en 1858 cuando el presidente Castilla inauguró la línea férrea que la uniría con la capital, reemplazando el ferrocarril a las acémilas y coches, que se trasladaban lentamente por los sinuosos caminos; esto le dio a Chorrillos un nuevo perfil, por el incremento considerable del flujo de visitantes que venían a disfrutar de las bondades de sus apacibles baños e instalaciones.
Cabe mencionar que Castilla, entre otros, fomentó con gran acierto la navegación marítima, conocida en ese entonces como “cerrojo”: Chorrillos – Callao – Chorrillos, la misma que también se extendía hacia los diferentes puertos de nuestro litoral, incluyendo el extranjero. Este desarrollo permitió convertir Chorrillos en el balneario preferido por la aristocracia limeña, puesto que había de todo para relajarse. Como decía Mariano Felipe Paz Soldán en su diccionario Geográfico– Estadístico del Perú de 1877 “ Chorrillos en otro tiempo fue el verdadero Baden–Baden* del Perú…”, aunque, también por esos años, fue materia de ciertas preocupaciones por la presencia de gente de mal vivir y alegres mujerzuelas que buscaban a los caballeros solventes.
En 1861 se inicia la construcción del muelle de Chorrillos, cuya obra fue dirigida por una comisión presidida por el intendente del balneario, y compuesta por vecinos notables de la localidad, como Don José Vicente Oyague y Soyer, quien más tarde sería nuestro primer presidente y fundador del Club.
Declarada la Guerra del Pacífico, tras la cruenta campaña terrestre consecuencia de la manifiesta superioridad del enemigo, en Enero de 1881 cae la capital, y con ella, Chorrillos, que tiempo antes había sido bombardeado desde el mar. A pesar de la heroicam resistencia del pueblo chorrillano, donde también se inmolaron asociados y trabajadores del Club, la ciudad fue sañudamente incendiada y saqueada por la soldadesca chilena, que no respetó ni a mujeres ni a niños. Inclusive, después de la batalla, fusilaron a 11 bomberos italianos, garibaldinos, sin importarles su nacionalidad.
Los invasores se apoderaron de todas las cosas de valor, así como de mobiliario, estatuas, alfombras, etc., incluyendo el mármol de Carrara de las escaleras de las villas y mansiones. Los edificios, bodegas y la iglesia matriz fueron también saqueados e incendiados corriendo la misma suerte el Hotel Terry, donde funcionó en sus albores nuestra Institución. Los botes de carrera del Club que tantas satisfacciones nos habían dado, junto con las cosas saqueadas fueron embarcados en el transporte chileno “Tolten”. Aquí, cabe destacar la célebre frase de Juan de Arona, refiriéndose al ensañamiento del invasor, por acabarcon la “Perla del Pacífico”, como se le conocía a Chorrillos más allá de las fronteras: “dándoles más que hacer la batalla a los edificios, que la batalla a los hombres que habían antecedido…”.
Desgraciadamente, del otrora esplendoroso balneario chorrillano no quedó casi nada, prácticamente quedó todo destruido. Tuvieron que pasar muchos años después de la guerra para resanar sus profundas heridas, e iniciar la reconstrucción, la misma que se efectuó lentamente por los graves problemas económicos que tenía que afrontar el país por los gastos derivados de la guerra, y la paralización del aparato productivo nacional.
Una de las instituciones que inició su reconstrucción fue el Club Regatas “Lima”, tras la adquisición con mucho sacrificio de importantes terrenos cercanos al mar, donde se edificó la nueva sede, cuya inauguración fue el 19 de Abril de 1896, aunque, ya algunos de los antiguos residentes comenzaron a reparar sus predios destruidos, y la presencia de las escuelas y villas militares en Chorrillos vitalizaban el distrito. Progresivamente, volvió la calma y el desarrollo, convirtiéndose nuevamente en un importante balneario, pero, ya nunca como antes. Desgraciadamente, algunos lustros después, el destino castigó otra vez a Chorrillos por la considerable destrucción que le ocasionó el terremoto del 24 de Mayo de 1940, del cual, también, a pesar de la adversidad, supo levantarse una vez más, gracias a la valentía y pujanza de su población, que demostró –tal como lo hiciera en Enero de 1881–, ser digno heredero del mártir chorrillano José Olaya Balandra.

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